Si te pierdes por el bosque
permanece bien atento
Bajo el murmullo del viento
un árbol dice tu nombre.
Así comienza (y termina) la historia de Lila, una pequeña niña, casi un bebé, que tiene una capacidad enorme de relacionarse y comunicarse con los árboles de su entorno. Ella les habla en su idioma, y los árboles le cuentan y le enseñan algunas de sus características y de sus historias personales (la acacia, la más anciana, que tiene una abuela en África, el manzano, que fue testigo del descubrimiento de la gravedad de Newton, el sauce llorón, el olmo joven…)
Todos saludan, hablan o cuentan historias a la pequeña, que muestra una gran sensibilidad hacia ese entorno natural.
Todo el libro está inundado de lenguaje poético, de metáforas y figuras retóricas, es, sin duda, el punto fuerte de este álbum, su carácter poético, la sonoridad y el tono tan íntimo del texto y a la vez con ese punto infantil y de ternura.
A mí, personalmente, me encanta y doy fe de que a los peques también. Muchas veces subestimamos a los niños pensando que no van a poder entender un determinado libro y les ofrecemos historias sencillitas y claritas y además, se las explicamos, o pretendemos dialogar sobre lo que han entendido y lo que no, la moraleja que se extrae o las mil y una enseñanzas de los "libros-para" que proliferan últimamente por todas partes. Que no digo yo que no estén bien, los hay maravillosos, pero pienso que a veces nos olvidamos de que los niños pueden disfrutar de una historia entiendan o no todas las palabras y acciones, o se expliquen o no todos los conceptos asociados al libro.
Y qué decir de las
ilustraciones... Mar Blanco ha captado a la perfección la esencia poética mostrando unos dibujos suaves y
delicados, con los trazos poco definidos, dando sensación de movimiento, de
suavidad. Predominan los colores cálidos que transmiten sosiego y calma.
Recuerda a un cuadro de Magritte titulado El hijo del hombre, en el que se ve un hombre con traje negro y bombín cuyo rostro aparece tapado por una manzana, igual que en esta imagen, pues bien, investigando sobre esta obra me encontré con que la realizó a partir de un pensamiento, una idea que él mismo expresó en una ocasión:
nosotros siempre queremos ver lo que está escondido […]
pero es imposible. Los humanos esconden sus secretos demasiado bien”
Parece que la ilustradora ha querido hacer un guiño a la idea de Magritte que también es la del libro, hay cosas que aunque queramos ver no podemos, porque hemos perdido esa capacidad, que los niños aún conservan.
Personalmente, este libro me parece una preciosidad, creo que podría gustar a cualquier persona de cualquier edad, sobre todo si nos gusta o apreciamos el tono poético, combinado con las ilustraciones tan tiernas, que nos ofrecen los autores. Me parece que pone de manifiesto el valor del respeto por la Naturaleza, la conexión tan especial que se establece entre los más pequeños y el entorno natural si dejamos que actúen con libertad en ella. Un libro super recomendable por su carácter poético y de puro disfrute literario y visual.
Nuestro ejemplar está dedicado por el propio autor, así como su mujer, Jimena Ruiz Echazú, intérprete de las historias infantiles que idean ambos en discos, videos y espectáculos teatrales. La dedicatoria le añade mucho valor a este libro y nos lleva a un recuerdo feliz con el Mayor, su primera obra teatral, su primer libro firmado con apenas 3 añitos.
Autor: Ismael Serrano